La vida nos aporta muchas experiencias y conocimientos extraordinarios, y otros más duros y difíciles de digerir. Los años nos dan los “recipientes” necesarios para ir sabiendo dónde colocar todos estos aprendizajes, tanto lo bueno como lo malo, no siempre lo conseguimos y esto, entre otras cosas, puede generar trastornos que nos deprimen.
A veces el sentimiento de desesperación, falta de sentido de vida, de ilusión y de energía es tan grande que hace que incluso alguien pueda plantearse acabar con todo. Le ocurre a muchas más personas de las que creemos. Cuando la depresión no es demasiado grave se puede disimular y seguir viviendo sin vivir, pero ¿hasta cuándo? yo siempre digo lo mismo, sólo tenemos una vida y puesto que estamos aquí, vamos a vivirla con todos los recursos y recipientes de que disponemos. La vida puede ser cruel pero también maravillosa y si no lo ves así, necesitas ayuda.

La ansiedad es básicamente miedo, un miedo inconsciente y casi siempre subjetivo, en realidad no existe la amenaza que nos la provoca. Los efectos pueden ser psicológicos pero también físicos y en ocasiones pueden derivar en ataques de pánico. Aprender a resolver estos momentos y calmar la mente es el principal objetivo de la terapia y una vez conseguido, podemos también explorar los motivos.

El Estrés es una reacción tanto física como psicológica. No siempre es un estado indeseable, en el mundo animal, el estrés es el que prepara a la cebra para salir corriendo delante del león por ejemplo, pero ¿qué ocurre cuando en realidad no nos persigue ningún animal feroz? pues que esta energía erróneamente utilizada puede desencadenar muchos efectos nocivos por el organismo.
Cuando estamos estresados, el cuerpo segrega una hormona, el cortisol, que interfiere en la química de nuestro organismo y puede derivar en numerosos síntomas físicos poco agradables.
El estrés suele relacionarse con el exceso de trabajo pero el paro también puede producir los mismos efectos. Cuando sentimos que no tenemos los suficientes recursos para afrontar según qué situaciones nos estresemos. Es necesario cambiar muchas creencias limitantes sobre nosotros mismos, del estilo “no soy capaz” para llegar a un estado de autoaceptación incondicional.

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, es un desorden diagnosticado a un número elevado de niños actualmente. Está relacionado con una disfunción de las Funciones Ejecutivas, que son las habilidades que nos permiten a las personas administrar el tiempo, planificar, organizar, recordar cosas, realizar diversas tareas a la vez, dar prioridad a las actividades, prestar atención y empezar tareas. El lóbulo frontal es la parte del cerebro responsable de su actividad.
Con un programa terapéutico multidisciplinar el Trastorno puede desaparecer, pero qué ocurre cuando se mantiene hasta llegar a la edad adulta, el día a día de la persona se puede hacer muy cuesta arriba, cosas tan simple como planear un viaje, planificar el día, controlar las compras impulsivas, ahorrar, saber por dónde empezar una idea o proyecto, relacionarse con los amigos y la pareja e incluso, mantener el puesto de trabajo puede convertirse en un gran esfuerzo sin éxito. Es como si para un TDA adulto no exista el futuro, siempre es “AHORA”.
Entrenar estas funciones superiores será la base de la terapia en edad adulta.

Las parejas pueden pasar crisis, en ocasiones puede ser el anuncio del fin de la relación, pero en muchos casos una buena terapia a tiempo puede ayudar a darse otra oportunidad con éxito. “Mejor solo que mal acompañado” es uno de mis lemas, y el de mucha gente, el ser humano no está obligado a compartir la única vida que tiene con personas que le complican mucho o que incluso le maltratan. Por el contrario, podemos estar con la persona idónea y aún así puede que las cosas no funcionen, en estos casos el problema podría la falta de comunicación.
Parece más fácil abandonar la relación que iniciar una terapia pero, si no aprendemos a comunicarnos bien, volverá a pasarnos con la siguiente relación, y lo que parece más atractivo porque es nuevo se convertirá en otra decepción.
El sexo es una parte importante de esa comunicación. Disfrutar de buenas relaciones sexuales es fundamental para establecer vínculos más fuertes y atractivos en la pareja. Con el paso del tiempo es normal que disminuya la frecuencia pero no la calidad, y evidentemente no es aconsejable que desaparezca, si es así, la pareja corre el riesgo de convertirse en dos personas que se aman pero que básicamente comparten piso e hipoteca.Sembla més fàcil abandonar la relació que iniciar una teràpia però, si no aprenem a comunicar-nos bé, ens tornarà a passar amb la següent relació, i el que sembla més atractiu perquè és nou es convertirà en una altra decepció.
El sexe és una part important d’aquesta comunicació. Gaudir de bones relacions sexuals es fonamental per establir lligams més forts i atractius dins  la parella. Amb el pas del temps és normal que disminueixi la freqüència però no la qualitat, i evidentment no és aconsellable que desaparegui, si és així, la parella corre el risc de convertir-se en dues persones que s’estimen però que bàsicament, comparteixen pis i hipoteca.